Guillermo Giménez de Castro
Centro de Radio Astronomia e Astrofísica Mackenzie
Universidade Presbiteriana Mackenzie
guigue@craam.mackenzie.br
Diciembre de 2001
La aritmética de pocos números puede darnos muchas sorpresas sobre todo si va junto de cierta ingenuidad. La Numerología ha explotado ambos hechos. Todo no pasa de un juego de niños.
Pocas horas después del ataque terrorista que destruyó las Torres Gemelas de Nueva York se desató una vorágine de post-predicciones. Astrólogos, mediums, lectores de Oráculos, salieron a afirmar que era obvio que aquel día un desastre se abatiría sobre la ciudad símbolo de los EEUU. Probablemente el más conocido sea el análisis numerológico que circuló por Internet . He aquí una de sus variantes:
Antes de proseguir, algunas correcciones necesarias. El código de area de Irán es el 98 (9+8=17, 1+7=8); mientras que el de Irak es el 964 (9+6+4=19, 1+9=10, 1). En el vuelo 77 había 64 personas (6+4=10, 1), en el vuelo 175 (que se estrelló contra el Pentágono) sí fallecieron 65 personas .
Esta serie de coincidencias llamó la atención de mucha gente y aunque su autor anónimo no lo dice están ligadas a una disciplina llamada Numerología. Según sus adeptos, se trata del estudio de los números y de la forma oculta en como ellos reflejan ciertas aptitudes y tendencias de caracter como parte integral de un plan cósmico. Según ellos también, fue probablemente Pitágoras, el célebre matemático griego, su creador. Pitágoras (530-450 AC), ciertamente, fue uno de los primeros estudiosos de los números. Entre sus contribuciones más importantes se encuentra el de la relación entre las longitudes de los lados de un triángulo rectángulo (Teorema de Pitágoras) y el de las razones numéricas para los intervalos musicales. Sin embargo no fue un científico en nuestra concepción actual, ya que en vez de crear una Academia al estilo de Platón, creó una orden, próxima a la hermenéutica. No sé si efectivamente es el padre de la actual Numerología, en todo caso fue un personaje complejo y discutido.
La numerología se basa en 11 números: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 11 y 22. Como vemos el número 11 juega un papel importante, y de hecho aquel fatídico día era el día 11 del mes de septiembre (del calendario Gregoriano). El 11 y el 22 son llamados números maestros ya que refuerzan al 2 (1+1) y al 4 (2+2). Para la Numerología importa principalmente la fecha de nacimiento a la que se le adicionan todos los dígitos hasta reducirlos a alguno de los números anteriores. Por ejemplo el 2/1/1962 da: 2+1+1+9+6+2=21, 2+1=3. Este número así formado es nada menos que el Número del Cámino de la Vida. El resto del diagnóstico es hecho a través del nombre. Aquí tenemos la segunda hipótesis numerológica: existe una relación entre letra y número dada apenas por la ubicación de la letra en el alfabeto. La siguiente tabla ayuda a entender:
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 |
a | b | c | d | e | f | g | h | i |
j | k | l | m | n | o | p | q | r |
s | t | u | v | w | x | y | z |
El nombre Pedro Martínez, por ejemplo, se traduce a: 75496 41929558, lo que resulta al sumar todos estos dígitos en 74, es decir 7+4=11. Pedro tendrá entonces un Número de Expresión igual a 11. Existen otras definiciones parecidas utilizando partes del nombre o de la fecha de nacimiento. Los números obtenidos son después interpretados según una Tabla de Claves que forma parte de la teoría numerológica. Según esa tabla el 11 se refiere a una persona que tiene un plano espiritual elevado, es intuitiva, iluminada, idealista y soñadora. Si el 11 es el número que representa a las catástrofes de Nueva York y Washington, la interpretación anterior no parece la más adecuada. Por otro lado, usando la fecha entera 11/9/2001 obtenemos 5, que, según la misma tabla se refiere a la generosidad, visión de futuro, aventura, uso constructivo de la libertad. Tampoco por aquí parece haber acertado la tradicional ciencia ocultista.
Al igual que las otras afirmaciones, la tabla de interpretaciones numerológicas no tiene base en ningún estudio, es apenas una tradición oral transmitida durante siglos, aceptada por la buena voluntad de sus seguidores. Los propios numerólogos no tienen ninguna justificación excepto decir: Pruébelo! Funciona. Ahorro al lector cualquier comentario de semejante síntesis epistemológica.
Sin embargo pueden aun pregutarme: ¿Es posible la repetición tan reiterada del fatídico número 11 entorno de los atentados terroristas? La cuestión es que eligiendo adecuadamente los hechos, podemos mostrar tantas y cuantas coincidencias como queramos. Se me ocurrió a mí buscar lo que los autores del Oráculo terrorista no mostraron. Veamos entonces algunas anti-coincidencias (subrayado va el número mágico hallado):
En menos de 15 minutos generé una lista más extensa que la primera pero de anticoincidencias ¿Puede ser que a tan perspicaces observadores se les hayan escapado? Lo cierto es que el conjunto posible de todos los hechos es extremamente grande. Lo increible sería no encontrar coincidencias dentro de él.
El mensaje anónimo que circuló por Internet parece más el producto de una leyenda urbana de gran éxito acrecentada por diferentes autores que deja evidenciar la facilidad con que las personas son convencidas con argumentos simples. Bastan apenas unos pocos números, una aritmética de primer grado y algunas coincidencias. Cualquier conclusión obtenida a partir de este proceso tiene garantizada una irrealidad perenne.