¿Por qué no hay estrellas en las fotos?

Los adeptos a la teoría conspirativa se percataron, 30 años después, de que las fotos tomadas en el espacio no muestran estrellas. Su conclusión fue rápida: las estrellas no aparecen porque no hay estrellas en el fondo y no hay estrellas porque las fotos no fueron tomadas en el espacio.

Hago notar al lector que no solo las fotos tomadas por la misión Apollo carecen de estrellas en el fondo. Todas las fotos tomadas en el espacio comparten esta característica. Con lo que suponiendo que el razonamiento del programa de la Fox es correcto, entonces no sólo los viajes a la Luna son mentira sino todo el resto de la exploración espacial. Afirmación bastante temeraria.

Entonces precisamos una explicación menos radical. La cámara fotográfica precisa ser adaptada al objeto que se ha de fotografiar. Un astronauta a pocos pasos iluminado por una lámpara intensa produce un brillo muchísimas veces superior al de cualquier estrella, con excepción del Sol. Si el diafragma de la cámara fuese adaptado para registrar las estrellas de fondo, el astronauta, el objeto a ser fotografiado, saldría velado.

Un lector perspicaz podría argüir que utilizando nuestros ojos, somos capaces de ver objetos muy brillantes (una lámpara de la iluminación callejera) al lado de estrellas en el cielo sin mayores problemas. Las películas de ciencia ficción siempre muestran un cielo estrellado con astronautas y cohetes adelante.

La retina, la placa fotográfica y los modernos CCD (detectores de luz utilizados en remplazo de las películas) tienen un comportamiento muy diferente frente a las variaciones de intensidad luminosa. Los CCD, por ejemplo, son lineales, esto significa que si la intensidad de la luz aumenta el doble, en la placa aparecerá también el doble, 100% de variación. La retina del ojo, tiene una respuesta logarímica. En este caso, precisamos de aproximadamente 6 veces la intensidad original para producir una sensación del doble de intensidad en nuestros ojos.

La escala logarítmica nos permite observar simultáneamente objetos de intensidades muy disímiles como las estrellas y la Luna. La desventaja es que no apreciamos variaciones pequeñas. Lo contrario es cierto para los CCD. Las placas fotográficas tienen un comportamiento más parecido al de los CCD, con una respuesta casi lineal a la intensidad.

La películas de ciencia ficción, por otra parte, parecen reflejar el punto de vista de un observador humano. Lo cual es razonable, ya que se supone que en un film siempre estamos mirando a través de los ojos de alguno de los personajes.

La foto de la Luna que ilustra esta página, tomada en el Observatorio Lick ilustra lo que estoy diciendo. Ajustado el tiempo de exposición para obtener el máximo de detalles de la superficie de la Luna, ninguna estrella aparece en el campo. No es necesario salir al espacio para mostrar un contraejemplo a la interpretación revisionista.


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